El tiempo que hace sirve para otra cosa ( o para la misma cosa) : romper el sentido, romper la cosntrucción ( del mundo, del sueño del relato). En retorórica esta ruptura se llama anacoluto. Por ejemplo: en la cabina de su corbeta en la rada de Salónica, Loti sueña con Aziyadé mientras Samuel le tiende una larga trenza de sus cabellos negros, se lo despierta para la guardia y el sueño es initerrumpido; para terminar sólo se diece: " Esa noche llovió a torrentes y me empapé" Así el sueño pierde discretamente todo sentido; aun el sentido del no-sentido; la lluvia ( notación de la lluvia) ahoga ese relámpago, ese flash del sentido, roto no es destruido, es- cosa rara, dificil- dispensado.
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